Pornstars con estudios superiores

Pornstars con estudios superiores

Una de las características más claras de la generación millenial ha sido su obsesión por estudiar, llegando al punto de sufrir casi un síndrome de titulitis. A partir de los años 90 se nos ha vendido que para ser alguien en la vida hay que cursar todos los estudios que podamos, incluso si no nos gustan demasiado. Escoger las carreras que tengan más salidas, más opciones para quedarnos trabajando en el futuro y ganando un buen sueldo. El acceso a la universidad se ha vuelto mucho más sencillo en gran parte del planeta gracias a las becas y a la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes. Esto ha provocado también que las carreras universitarias estén atestadas de alumnos, aunque es cierto que no todos terminan sus licenciaturas. Estar en la universidad, obtener un título superior, ha pasado de ser un símbolo de estatus a una condición prácticamente indispensable para sobrevivir en el mercado laboral. Esta presión sobre la generación millenial ha desaparecido casi  por completo en la nueva generación Z, aunque todavía hay quien entiende que los títulos son imprescindibles para el laburo.

Las empresas se han dado cuenta de que importa más una persona proactiva y que sepa aprender rápido, antes que un recién licenciado que llegue con nula experiencia. Es por eso que en los últimos tiempos, la enseñanza dual está consiguiendo mucha más popularidad, al marcar un camino tanto práctico como teórico a los alumnos. Hay quien consigue un buen trabajo gracias a terminar un ciclo superior y empezar a laburar desde bien pibe, frente a los que llevan estudiando hasta los 27, tratando de acceder a puestos muy complicados. Cada sector tiene sus propias dinámicas y tampoco podemos generalizar tanto con esto, pero al final se trata de una visión de la vida que cambia. Se asume además que el tener un título universitario es sinónimo de inteligencia, cuando no siempre es así. Sin embargo, también se da el caso contrario, el prejuicio de pensar que personas dedicadas a ciertos empleos no tienen tantos estudios ni tanta inteligencia, simplemente porque no la necesitan. Esto ocurre en el porno, donde muchos asumen que las actrices son poco más que muñequitas medio tontas que no saben hacer otra cosa. Sin embargo, la realidad es sorprendente.  

Asia Carrera

La exótica actriz que triunfara en los 90 y principios de los 2000 es una de esas mentes privilegiadas que han trabajado en el porno. De ascendencia alemana y japonesa, Asia demostró ser un prodigio en la música, llegando a actuar con solo 13 años en el Carnegie Hall, uno de los auditorios más notorios de Nueva York. La joven se independizó muy pronto y empezó a trabajar como stripper, precisamente para poder pagarse sus estudios universitarios.

Asistió a la Universidad de Rutgers, así como a la Utah Tech University, para sacar adelante su formación superior. Compaginó sus estudios con su trabajo en el cine porno, llegando a ser una de las actrices más destacadas de su generación. Hoy es una de las pocas que puede presumir de formar parte tanto del Salón de la Fama del Porno como de la sociedad MENSA, que reúne a las personas con mayor cociente intelectual del país.  

Nina Hartley

El caso de Hartley es muy similar al de Carrera. La actriz lleva casi cuatro décadas dedicándose al porno, habiendo participado en cerca de 2.000 producciones, y sigue siendo una de las MILFs más requeridas de la industria. Con todos esos datos ya le bastaría para ser reconocida como una de las mejores en su campo. Pero además, Nina ha conseguido sobresalir también en el campo de los estudios, al haberse licenciado con honores en Enfermería por la Universidad Estatal de San Francisco.

La actriz porno también ha ejercido como enfermera durante un tiempo, y sigue apareciendo en los registros de California como tal, por si tuvieran que llamarla para cualquier centro hospitalario. Nina Hartley también comenzó en el porno mientras estudiaba en la universidad, después de pasar por algunos clubs de striptease.  

Tera Patrick

Para Tera Patrick, la máxima ilusión de su vida era convertirse en modelo. Hizo sus pinitos de adolescente, ante la cámara de algunos amigos y fotógrafos semiprofesionales, pero luego decidió ir a por algo más seguro. La exuberante morocha se matriculó en Enfermería, licenciándose años después por la Universidad Estatal de Santa Bárbara, y llegó a ejercer ese trabajo.

Sin embargo, siendo todavía joven, volvió a picarle el gusanillo de los posados, y llegó a aparecer en la portada de Playboy. A partir de ahí, su ascenso fue meteórico, primero como modelo erótica y poco después como actriz porno. Durante veinte años, Patrick ha sido una de las pornstars más deseadas del mundo, gracias a su intensidad ante la cámara y a su cuerpo irresistible. Además, si ocurre cualquier accidente en el rodaje, ella misma se puede encargar de auxiliar en caso de que haya algún herido. ¿Cómo no amarla?  

Joanna Angel

Es uno de los rostros más reconocibles de alternative porn de los 2000, y una de las figuras más mediáticas de la industria. Joanna Angel siempre ha destacado por esa fascinante combinación de carita dulce y sensual con un cuerpo lleno de tatuajes y ese look glamo y rock que lleva. Esto le ha permitido destacarse sin duda entre sus compañeras de profesión, llegando a grabar más de 600 películas como actriz, y otras tantas como directora.

Antes de desarrollarse en la industria, Joanna también curso no una, sino dos carreras universitarias. La actriz está licenciada en Literatura Inglesa, y también cuenta con un Grado en Cine y Producción por parte de la Universidad de Rutgers. Este último título le sirvió para crear sus propias películas pornográfica, con un talento desbordante y mucha originalidad.  

Audrey Hollander

Cada actriz porno intenta destacarse de la competencia a través de una habilidad especial. A algunas, por su físico, les basta con potenciar sus grandes curvas, y en otros casos, la intención va más por el tipo de sexo que se practica. Audrey Hollander lo tenía todo para destacar desde el primer momento por su preciosa cabellera pelirroja, algo que no era tan común en el porno de principios de los 2000.

Sin embargo, la chica se ha caracterizado por su fascinante garganta profunda, y sobre todo, por su capacidad para el anal. Es una de las pocas actrices que puede permitirse el lujo de grabar dobles y triples penetraciones anales en escenas. De hecho, la chica reconoció que la gran mayoría de escenas que ha rodado son de sexo anal, ya que le parece más disfrutable y divertido. Hollander es también Licenciada en Magisterio de Educación Primaria por la Universidad Loyola de Chicago, aunque todavía no ha ejercido tal profesión.